domingo, 18 de agosto de 2019

CANDIDIASIS VAGINAL Y ALIMENTACIÓN


Voy a escribir sobre la Candidiasis vaginal porque en una charla TED  la oradora (no es médico ni personal sanitario) volvió a afirmar que el consumo de azúcar y determinados alimentos favorecían el crecimiento de Candida que es el microorganismo que produce Candidiasis, y por tanto, que eliminarlos cura la enfermedad. Esto no es cierto, y aunque sea positivo evitar alimentos de baja calidad nutritiva como el azúcar, creo que es bueno que las mujeres que sufren esta infección tengan los conceptos claros.

¿QUÉ ES LA CANDIDIASIS  VULVOVAGINAL (CVV)?

La candidiasis vulvovaginal (CVV) es una infección producida por el hongo Candida albicans u otras
especies de candida como C. glabrata, C. krusei y C. tropicalis. La C. albicans provoca entre el 67 y el 95% de los casos, las otras, aunque son menos frecuentes, se caracterizan por ser resistentes al tratamiento. 

¿CUALES SON LOS SÍNTOMAS?

Los síntomas son: prurito vulvar, dispareunia (coito doloroso), leucorrea (secreción genital blanquecina), quemazón, inflamación, disuria (dificultad para orinar acompañada de dolor) y polaquiuria (aumento diario de las micciones), eritema, edema y fisuras en la vulva. Se intensifican la semana previa a la menstruación, mejoran con ella y empeoran después de la relación sexual.

Estos síntomas no son exclusivos de la candidiasis vulvovaginal (CVV), por ese motivo el diagnostico lo tiene que realizar un ginecólogo.
Debería realizarse siempre un cultivo de hongos para determinar la especie de Candida responsable de la patología. Como existen algunas especies de Candida que no pueden erradicarse con el tratamiento habitual, es necesario saber de cuál se trata para administrar el más adecuado.

CAUSAS

La población de Candida albicans que se encuentra de manera natural en la zona vaginal no produce síntomas a excepción de determinados casos. Aunque se considera que sería suficiente con mantener la cifra por debajo de 104 microorganismos/ml., el estudio de la biología de Candida ha permitido conocer la complejidad del proceso que desemboca en la candidiasis, el cual no tiene porqué tener relación directa con la densidad de la población de estos hongos, es decir, NI LA EXISTENCIA DE ESTE HONGO NI LA CANTIDAD TIENEN RELACIÓN DIRECTA CON LOS SÍNTOMAS.
Los síntomas son causados por la liberación de toxinas o enzimas extracelulares y por la reacción inflamatoria del propio sistema inmune de la zona. La sensibilidad a estas sustancias aumenta cuando la paciente ha sufrido candidiasis de forma recurrente.

La CVV afecta al 75% de las mujeres en edad reproductiva, al menos una vez en su vida. Se considera que es recurrente (CVVR) cuando la paciente presenta esta afección en al menos cuatro ocasiones a lo largo de doce meses. La prevalencia de CVVR es del 9%.

Los factores que predisponen al desarrollo de CVV son: inmunosupresión, sexo oral, píldora
contraceptiva, promiscuidad, uso de antibióticos, embarazo y diabetes.

Cuando la CVV es crónica existen otras causas que pueden provocar las recidivas, como son, utilizar ropa interior sintética y apretada, bañarse en piscinas excesivamente cloradas, limpiarse, tras la defecación, hacia adelante, no cambiarse las bragas diariamente, usar la misma compresa cuando se tiene la menstruación, durante demasiadas horas y el uso de algunos jabones.

Para prevenir la CVV mediante hábitos rutinarios es aconsejable seguir una dieta equilibrada, usar ropa interior de algodón, limpiarse, al defecar, siempre de delante hacia atrás, emplear tampones, en lugar de compresas, y en caso de usar éstas, se deben cambiar frecuentemente, mantener una higiene basada en el cambio diario de la ropa interior y lavarse con jabones neutros.

La CVV puede darse en ausencia de los factores predisponentes expuestos. Esto es así porque existe un componente genético. El tracto reproductor femenino tiene su propio sistema de inmunoregulación. Las células epiteliales de la mucosa vaginal son capaces de detectar la presencia de microorganismos patógenos y oportunistas y enviar señales de activación para la secreción de mediadores inmunes como péptidos antimicrobianos. También puede detectar si los hongos se encuentran en una fase llamada pseudohifa, que es peligrosa, y desarrollar una respuesta inflamatoria local. Si esta inflamación es agresiva se producen síntomas y si no lo es, la mujer se mantiene asintomática. Todo este proceso implica la expresión de diferentes sustancias proteicas, y por tanto, la posibilidad de que mutaciones o polimorfismos en los genes correspondientes, afecten al desarrollo de esta patología.

TRATAMIENTO

Durante los últimos años se han desarrollado diferentes líneas de investigación que han permitido avanzar en el conocimiento de la candidiasis y que han cambiado el enfoque en el tratamiento de esta dolencia.

Los tratamientos reconocidos como efectivos en la actualidad se basan en el uso de antimicóticos (fármacos que impiden el crecimiento de hongos), ninguno de los tratamientos tiene en consideración estrategias dietéticas. Sin embargo, los hábitos dietéticos saludables pueden ayudar a la prevención de la CVV  como ocurre con la mayoría de
enfermedades.

A pesar de que no existe un tratamiento dietético reconocido como efectivo, desde ámbitos poco científicos, se defiende la teoría de que dado que las mujeres diabéticas son más proclives a desarrollar candidiasis por las hiperglucemias propias de su enfermedad, la glucosa debe ser eliminada de la dieta para evitar el crecimiento de las bacterias. Según esta hipótesis, evitando que los hongos puedan alimentarse de azúcar, se erradicaría la infección. Sin embargo, la causa de que las mujeres diabéticas sufran más CVV no está directamente relacionado con la hiperglucemia, sino que es el efecto de ésta sobre el sistema inmunitario provocando una inmunosupresión en la que la función de los neutrófilos y las células inmunitarias está alterada y existen anormalidades en la adherencia de los granulocitos, la quimiotaxis, la fagocitosis y la función microbicida. La reducción drástica de los hidratos de carbono de la dieta, tanto en el caso de mujeres diabéticas como no diabéticas, puede empeorar su sistema inmunitario, por tanto, se recomendará una dieta equilibrada en cuanto a aporte de hidratos de carbono, evitando favorecer los picos de glucemia. Se deben tomar alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como los cereales integrales o azúcares simples naturalmente contenidos en alimentos como la fruta.

En cuanto al empleo de suplementos dietéticos como coadyuvantes del tratamiento antifúngico, se ha estudiado el papel de los lactobacilos y otras bacterias de la flora normal. El estudio PROBIT concluyó que los probióticos y prebióticos son recomendados por los ginecólogos, que éstos ayudan a aumentar la eficacia del tratamiento y sobre todo a evitar las recidivas. Se han estudiado algunos tipos de lactobacilos porque producen ácido láctico y agua oxigenada que eliminan los microorganismos que pueden llegar a la vagina desde el intestino y también controlan la densidad de los patógenos potenciales. En mujeres diabéticas y embarazadas, en las que también se produce cierta inmunosupresión para evitar el rechazo del embrión, o en otras situaciones en las que existe una afectación del sistema inmune, estos aportes de bacterias por vía oral pueden ser de interés.

CONCLUSIONES

1. Las dietas desequilibradas puedan debilitar el sistema inmunitario de las mujeres, por eso es importante seguir una alimentación saludable.

2. No existen dietas que curen la CVV aunque la mejora del estado nutricional, en algunos casos, sea una ayuda muy importante.

3. En cuanto a la toma de prebióticos y probióticos, aunque son necesarios más estudios, su uso, en principio, es seguro y puede emplearse como coadyuvante al tratamiento farmacológico. Nunca será suficiente como terapia única una vez se haya desarrollado la candidiasis.

3. La eliminación del azúcar de la dieta no puede emplearse como remedio, se debe acudir al médico para que elija el tratamiento más adecuado en cada caso.