Si
te gusta la leche, bebe leche, ¿por qué no?. ¿Te han dicho que en la naturaleza
ninguna especie sigue tomándola cuando finaliza la lactancia materna?. Te han contado la historia a medias.
Vamos por partes. La leche es un alimento
complejo que contiene muchas sustancias. Por un lado está la caseína que es una
proteína de alto valor biológico, es decir, la asimilamos bien y la utilizamos
para construir nuestras propias proteínas. Es una fuente importante de vitaminas
y sales minerales, y en el caso de la entera,
también contiene grasa. Y por último, está el azúcar de la leche, que se llama
lactosa. Como vemos es un alimento como otro cualquiera, solo que en el caso de
las crías es el idóneo para su desarrollo en los primeros meses de vida.
Los humanos la utilizamos como alimento
desde hace miles de años. Nuestra especie ha consumido leche de vaca, cabra,
oveja, búfala, yak …. Al principio solo la podían tomar los niños porque a
medida que éstos crecían empezaban a rechazarla por las molestias
gastrointestinales que sufrían.
¿Qué produce estas molestias?. La lactosa
es una sustancia que debe ser digerida, es decir, dividida en sus componentes: glucosa
y galactosa. La glucosa y la galactosa se asimilan sin dificultades. La digestión de la lactosa corre a
cargo de la lactasa que es una enzima (proteína) que segrega el intestino
delgado. Si no se segrega suficiente lactasa, la lactosa
pasa al intestino grueso y allí, las bacterias la utilizan como alimento y
después de comer…ya se sabe. Los productos que “defecan” las bacterias son
gases y sustancias que provocan el malestar que conocen todas las personas que
sufren de intolerancia a la lactosa.
Lo normal es que la lactasa deje de
fabricarse cuando nos hacemos adultos.
¿No te pasa nada cuando bebes leche?
Enhorabuena. Eres portador de una mutación que te permite seguir fabricando
lactasa a pesar de que ya no eres lactante. La mayor parte de la población
mundial no cuenta con esta ventaja, y tal vez sea la causa de que en las zonas
donde no abunda esta mutación, sus sociedades hayan tenido dificultades para
desarrollarse, hablamos de Centroamérica, Sudamérica, África y Asia. En Europa,
cuando éramos agricultores-recolectores, si fallaba la cosecha, podíamos
alimentarnos de la leche de nuestros animales y por tanto sobrevivir a las hambrunas.
Mi recomendación: Bebe leche desnatada
enriquecida en vitaminas A y D, una o dos veces al día. Si eres intolerante
elige la leche sin lactosa.
Para saber más: http://www.lactosa.org (Asociación de Intolerantes a la Lactosa).
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